Casi un mes había transcurrido y Amir continuaba visitando el gimnasio y yendo a terapia con un psiquiatra para poder, de alguna manera, seguir viviendo de forma relativamente normal a pesar de las fuertes experiencias que le habían tocado vivir y sufrir.
Estas actividades, más los estudios que no había dejado, no le quedaba mucho tiempo para visitar a Sofia. Ella lo entendió y decidió, como le había prometido, investigar acerca del padre de Amir.
A su favor ella tenía todo el tiempo para buscar, leer e investigar. La biblioteca de la universidad era conocida como una de las más completas y tecnologizadas de la región.
Desde ahí Sofía se concentraba día a día en buscar información que le pudiera ser de utilidad para poder ayudar a Amir a salir de su encierro emocional. Pero no lograba encontrar aun nada que le pudiera que tuviera alguna relación con la madre de Amir.
No quería imaginárselo diferente. Ella sabía que una vez que quitara sus miedos y frustraciones de su alma, alguna cosa podría cambiar en su relación. Tal vez ya no la necesitaría. Tal vez ya no la miraría como a veces sentía que lo hacía.
Pronto ella quitaba de su mente aquellos pensamientos y se volvía a enfocar en ayudar a su sanación.
Faltaban pocos días para el arribo de Olivia, la madre de Amir, y de Miranda; por lo que Sofía se puso de acuerdo con él un día para ir en busca de alguna pista en la casa de su madre.
A su favor ella tenía todo el tiempo para buscar, leer e investigar. La biblioteca de la universidad era conocida como una de las más completas y tecnologizadas de la región.
Desde ahí Sofía se concentraba día a día en buscar información que le pudiera ser de utilidad para poder ayudar a Amir a salir de su encierro emocional. Pero no lograba encontrar aun nada que le pudiera que tuviera alguna relación con la madre de Amir.
No quería imaginárselo diferente. Ella sabía que una vez que quitara sus miedos y frustraciones de su alma, alguna cosa podría cambiar en su relación. Tal vez ya no la necesitaría. Tal vez ya no la miraría como a veces sentía que lo hacía.
Pronto ella quitaba de su mente aquellos pensamientos y se volvía a enfocar en ayudar a su sanación.
Faltaban pocos días para el arribo de Olivia, la madre de Amir, y de Miranda; por lo que Sofía se puso de acuerdo con él un día para ir en busca de alguna pista en la casa de su madre.
- Si queremos encontrar algo es dentro de la habitación de ella - dijo Amir algo nervioso.
Hacía muchos días que no la veía y ahora, al fin estaba frente a él. Su corazón se aceleraba cada vez que sonaba su teléfono. Sabía que era ella.
Hacía muchos días que no la veía y ahora, al fin estaba frente a él. Su corazón se aceleraba cada vez que sonaba su teléfono. Sabía que era ella.
-Tienes razón. Como mujer se que todos nuestros secretos los guardamos cerca de nosotras, donde podamos echarle mano cuando nos ponemos nostálgicas.
- ¿Y tu tienes muchos secretos? - preguntó Amir
- Secretos ninguno. Mi vida ha sido muy simple. Sin mayores sobresaltos.
- ¿Pero te has enamorado alguna vez?
- Si.. alguna vez me llegué a sentir enamorada.
- ¿Cómo es eso?
- ¿Tu no te has sentido así? ¿enamorado?
- La verdad no creía que pudiera existir ese sentimiento.
Sigilosamente Amir se adentró en la habitación de su madre mientras Sofía le miraba con curiosidad.
- ¿Por qué entras así.? Tu mamá no está
- Jejeje, verdad, tienes razón - Respondió Amir avergonzado.
- Vamos partamos por la mesita de noche
Comenzaron a dar vuelta todo, desordenandolo todo, pero no encontraron nada.
-Tal vez tu madre se lleva sus secretos con ella cuando viaja.
-No lo se. Nunca, hasta ahora, me había atrevido a hurgar entre sus cosas.
Sentados a los pies de la gran cama, comenzaron a observar el lugar y a pensar en qué espacio no habrían revisado aún.
La habitación estaba poco iluminada, olía mal, como a encierro y basura descompuesta. En un lado de la cama había un gran espejo dorado que colgaba de la pared y en el cual se reflejaba casi todo el lugar. Al lado se encontraba la gran sala de baño que incluía un jacuzzi con dimensiones gigantescas.
Mientras observaban, Sofía pensaba en los lujos que había visto en aquella mansión desde la entrada y trataba de quitar de su mente imágenes en las que aquella mujer golpeaba a un pequeño Amir tierno y asustadizo.
Sofía pensaba que era una paradoja el hecho de que quienes más tienen y por ende, más protegidos debieran estar y sentirse, a veces son los más débiles y dañados. Por guardar las apariencias, por vergüenza.
Todos los secretos que pueden llegar a esconder aquellas lujosas propiedades que muchos podrían llegar a envidiar; era difícil poder imaginar las cosas que tras aquellas paredes podrían estar sucediendo.
Todos los secretos que pueden llegar a esconder aquellas lujosas propiedades que muchos podrían llegar a envidiar; era difícil poder imaginar las cosas que tras aquellas paredes podrían estar sucediendo.
Sofía estaba concentrada en sus pensamientos observando el lugar, no se había dado cuenta en los ojos de Amir quien hacía rato la venía mirando fijamente. De pronto, sus miradas se encontraron. Sus corazones latieron fuertemente y sin pensarlo dos veces Amir acercó sus labios a los de ella besándola suavemente intentando no cerrar los ojos. No quería perder detalle de su rostro.
Pronto sus manos volaron hacia el rostro de Sofía atrapándolo y aferrándose contra su cuerpo con fuerza.
Sofía no podía dejar de pensar. Su cabeza volaba a mil por hora. Esos besos y caricias no los había sentido jamas. Ni siquiera los tuvo cuando se sintió tan enamorada de aquel hombre que le había provocado mucho dolor años atrás y a quien le había entregado su alma para luego devolvérsela hecho un guiñapo sucio y destrozado.
Sofía no podía dejar de pensar. Su cabeza volaba a mil por hora. Esos besos y caricias no los había sentido jamas. Ni siquiera los tuvo cuando se sintió tan enamorada de aquel hombre que le había provocado mucho dolor años atrás y a quien le había entregado su alma para luego devolvérsela hecho un guiñapo sucio y destrozado.
Ella lentamente abrió los ojos al sentir que aquellas manos tan tibias y grandes comenzaban a bajar por su cintura temblorosas. Sospechó cual era su objetivo y tuvo miedo. Vio su figura y la de él reflejadas en el gran espejo...
- ¡Amir!, ¡detrás del espejo!
- ¡Sofía! ¡Cómo! ¡¿Qué?!
- Disculpa, es que recordé una película en la que la protagonista escondía sus secretos detrás de un gran espejo.
Amir, no podía creer lo que le estaba pasando. Aun agitado, se acercó hasta el espejo intentando moverlo. De repente sintieron que algo pesado caía tras de el.
- ¡Sofía! ¡Acá hay algo!
- ¡Mira!, son fotos. ¿Esa es tu madre?
- Si, es ella. Así solía ser
- Era bien guapa - Sofía entendió de quien había heredado aquellos ojos que la envolvían mágicamente cada vez que él la miraba.
- Lo era. Mira esta, así más o menos está ahora.
- ¿¡En serio!? ¿Es la misma?
- Si. Así la podrás ver ahora.
- ¡Pero que maltratada!. Se ve muy vieja
- Espera, mira. A este no lo conozco.
- Dale vuelta. Siempre dice algo detrás de las fotos viejas.
- Acá hay otra Sofía, es de un diario, dice: "Rico príncipe árabe vacaciona en Costa nacional":
"El multimillonario príncipe del sultanato de la isla de Birelaahiun, Amir Ghazi Bin Aziz, se encuentra de visita en nuestro país al cual llegó ayer en su lujoso Boeing 747 acompañado de 48 personas para hospedarse en uno de los hoteles de su propiedad."
De repente escucharon ruidos en la parte baja de la casa .
- ¡Por fin llegamos!. Estoy agotada
Sofía y Amir se miraron llenos de pánico.
- ¿Qué hacemos? - dijo bajito Sofía
- Espera, ven
Amir la tomó de la mano, abrió muy despacio la puerta de la habitación. Quiso dirigirse a la de él, que estaba al final del pasillo, pero antes que pudiera poner un pie fuera sintió que se acercaban lentamente subiendo por las escaleras.
Amir la tomó de la mano, abrió muy despacio la puerta de la habitación. Quiso dirigirse a la de él, que estaba al final del pasillo, pero antes que pudiera poner un pie fuera sintió que se acercaban lentamente subiendo por las escaleras.
- Quiero sacarme esta ropa. Me siento sucia - dijo Olivia
- ¡Rápido! Por la ventana - susurró Amir
- ¡Las fotos! - dijo Sofía ahogando un pequeño grito
- Anda ve, yo te sigo - dijo Amir dejándola en el balcón e indicándole por donde debía continuar para llegar hasta su habitación. Pero Sofía estaba paralizada por el miedo. Sus piernas no le respondían y sólo pudo agacharse y esconderse tras una frondosa "chiflera" que decoraba el lugar.
- Anda ve, yo te sigo - dijo Amir dejándola en el balcón e indicándole por donde debía continuar para llegar hasta su habitación. Pero Sofía estaba paralizada por el miedo. Sus piernas no le respondían y sólo pudo agacharse y esconderse tras una frondosa "chiflera" que decoraba el lugar.
Rápidamente el volvió a dejar las fotos tras el espejo y corrió a esconderse junto a Sofia justo en el instante en que Olivia entraba a su alcoba.
Al entrar, Olivia se sentó sobre su cama, se sacó los zapatos y se dirigió hasta el baño. Antes de entrar le extrañó ver las ventanas del balcón abiertas. Se acercó, salió hacia al exterior, miró para todos lados y luego volvió a entrar cerrando la ventana tras de ella.
Al entrar, Olivia se sentó sobre su cama, se sacó los zapatos y se dirigió hasta el baño. Antes de entrar le extrañó ver las ventanas del balcón abiertas. Se acercó, salió hacia al exterior, miró para todos lados y luego volvió a entrar cerrando la ventana tras de ella.
Afuera, Amir abrazaba fuertemente a Sofía. No supo por qué tuvo el impulso de protegerla con su cuerpo de algo o de alguien. Juntos, con los ojos cerrados retenían la respiración en sus estómagos y su corazón parecía paralizarse en su pecho.
Luego de unos minutos se escuchó que cerraban una puerta con un fuerte golpe. Sofía se atrevió a abrir los ojos y pudo ver su cuerpo completamente cubierto por el de Amir. Su corazón pareció recobrar fuerzas y comenzó a latir fuerte nuevamente. Normalmente lo veía tan frágil y ahora estaba ahí tan alto y fuerte que se sintió conmovida y tan protegida como nunca antes lo había estado.
- Parece que ya se ha ido - susurró bajito
- ¿Eh? - Amir abrió los ojos y la fue soltando lentamente
Su piel estaba completamente erizada, su vista nublada y sus piernas parecían de lana. No recordaba haber sentido tanto miedo en toda su vida. Su único pensamiento era el de tener que protegerla sin importarle de quien. Él la cuidaría toda la vida.
- Si, tienes razón. Vamos. Desde acá podemos ir hasta mi habitación sin tener que entrar nuevamente a la casa. Ahí estaremos a salvo. Nunca entra aquí, después de aquella ocasión.
Luego de unos minutos se escuchó que cerraban una puerta con un fuerte golpe. Sofía se atrevió a abrir los ojos y pudo ver su cuerpo completamente cubierto por el de Amir. Su corazón pareció recobrar fuerzas y comenzó a latir fuerte nuevamente. Normalmente lo veía tan frágil y ahora estaba ahí tan alto y fuerte que se sintió conmovida y tan protegida como nunca antes lo había estado.
- Parece que ya se ha ido - susurró bajito
- ¿Eh? - Amir abrió los ojos y la fue soltando lentamente
Su piel estaba completamente erizada, su vista nublada y sus piernas parecían de lana. No recordaba haber sentido tanto miedo en toda su vida. Su único pensamiento era el de tener que protegerla sin importarle de quien. Él la cuidaría toda la vida.
- Si, tienes razón. Vamos. Desde acá podemos ir hasta mi habitación sin tener que entrar nuevamente a la casa. Ahí estaremos a salvo. Nunca entra aquí, después de aquella ocasión.
Amir no quería soltarla. La guió por los balcones que separaban la alcoba de su madre de la de él y una vez ahí se recostaron sobre la cama agotados.
Mientras, Olivia y Miranda se juntaban en el bar del salón a comentar detalles de la fiesta de compromiso
- Olivia, no puedo creer que ya falte tan poco
- Si, a mi también me cuesta creer que ya estemos tan cerca - Respondió Olivia con la mirada perdida, inhalando un delgado cigarrillo mientras sorbía un vaso de whisky.
- ¡Este teléfono!. Que rabia. Tu hijo no ha respondido ninguna de mis llamadas.
- No te alteres. Ambas sabemos que en cualquier momento deberá aparecerse por acá.
- Seguramente anda mezclándose con esa gentuza de la facultad.
- ¿Cómo es eso? ¿No que no tenía amigos?
- No los tiene. Sólo que hace un tiempo fuimos a una fiesta y...
- ¿Qué pasó Miranda? - preguntó Olivia clavándole una mirada feroz.
- Nada serio. No te preocupes. Sólo que lo he visto conversando con la vulgar y estúpida de la biblioteca.
- ¿Y quien es ella?
- Nadie. Nadie de quien debamos preocuparnos
Pero Olivia no quedó tranquila y comenzó a preguntar más detalles acerca de Sofia y su amistad con Amir.
Mientras, Amir y Sofia se miraban tendidos sobre la cama sin decirse nada.
- Debo volver allá y hacer como si nada - dijo Amir agachando la mirada
- Si, tienes razón, pueden comenzar a sospechar.
- Miranda no ha dejado de llamarme al móvil y dejar mensajes amenazantes.
- Ok, me llevo estos papeles y te cuento lo que descubra
- ¿Qué te llevas? Las fotos las volví a colocar tras el espejo
- Lo se. Me quedé con el recorte del diario
- No lo notará
- ¿Qué cosa?
- Que falta ese papel
- No lo se. Esperemos que no. No se. Tu la conoces. ¿Será tan obsesiva que vea esas fotos todos los días?
- No lo creo. Ella se acuesta siempre borracha. Tal vez hasta ya ni recuerde que tiene esas cosas escondidas en ese lugar.
- ¿Qué te llevas? Las fotos las volví a colocar tras el espejo
- Lo se. Me quedé con el recorte del diario
- No lo notará
- ¿Qué cosa?
- Que falta ese papel
- No lo se. Esperemos que no. No se. Tu la conoces. ¿Será tan obsesiva que vea esas fotos todos los días?
- No lo creo. Ella se acuesta siempre borracha. Tal vez hasta ya ni recuerde que tiene esas cosas escondidas en ese lugar.
Sofia sabía que debía marcharse luego pero no quería hacerlo. Amir tampoco quería volver a su realidad. Sólo quería quedarse así como estaban hasta ese momento. Observándose sin decir nada. Con las manos tomadas y sus corazones latiendo fuerte.
- Debo irme - dijo al fin ella
- Lo se
- ¿Nos veremos mañana?
- Hecho
Amir la ayudó a incorporarse. Caminaron juntos hasta el balcón. Una vez afuera Amir se acercó hasta ella dándole un casto beso en la mejilla.
- Debo irme - dijo al fin ella
- Lo se
- ¿Nos veremos mañana?
- Hecho
Amir la ayudó a incorporarse. Caminaron juntos hasta el balcón. Una vez afuera Amir se acercó hasta ella dándole un casto beso en la mejilla.
- Espero que esta sea la única vez en que tengas que salir de mi casa de esta manera
- Chau - dijo Sofia - no me acompañes, ya conozco la salida. Te pueden descubrir
- Pero...
- Pero nada. Déjame aquí y ve a distraerlas mientras yo veo como salgo de aquí
- Tienes razón. Pero es que no quiero que te vayas.
- Vamos, tú puedes contra ellas. No lo sabes aun pero tienes una gran fortaleza interior y contra eso nadie te puede derrotar.
- Tu me das esa fuerza.
- Te equivocas. Ha estado siempre dentro de ti. Sólo faltaba darle un pequeño empujoncito para que la pudieras notar. ¡Y....ya me voy!
- Chau - Dijo Amir soltándola de entre sus brazos y sintiendo que quedaba un poco vacío sin ella.
Ahora le tocaba enfrentar a esas mujeres.
Una vez que divisó la figura de Sofia fuera de peligro. Entró nuevamente hasta su habitación y caminó hacia la puerta. El temor palpitaba dentro de su ser; pero esta vez no se permitiría sucumbir ante los aterradores ojos de su madre y la vocecita estridente de Miranda.
(20/04/2010)
- Pero nada. Déjame aquí y ve a distraerlas mientras yo veo como salgo de aquí
- Tienes razón. Pero es que no quiero que te vayas.
- Vamos, tú puedes contra ellas. No lo sabes aun pero tienes una gran fortaleza interior y contra eso nadie te puede derrotar.
- Tu me das esa fuerza.
- Te equivocas. Ha estado siempre dentro de ti. Sólo faltaba darle un pequeño empujoncito para que la pudieras notar. ¡Y....ya me voy!
- Chau - Dijo Amir soltándola de entre sus brazos y sintiendo que quedaba un poco vacío sin ella.
Ahora le tocaba enfrentar a esas mujeres.
Una vez que divisó la figura de Sofia fuera de peligro. Entró nuevamente hasta su habitación y caminó hacia la puerta. El temor palpitaba dentro de su ser; pero esta vez no se permitiría sucumbir ante los aterradores ojos de su madre y la vocecita estridente de Miranda.
(20/04/2010)
Continuará