"... Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos... Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido..." (P. Neruda)
Había una vez una mujer y un hombre. Hubo una vez una razón, un sentimiento profundo, una alegría, una pasión.
Veinte años después, ese hombre y aquella mujer ya no eran los mismo. El tiempo instaló distancias entre ellos que ni con el más profundo amor pudieron ser acortadas.
A veces no basta sólo con amor.
Pero un día en que todo parecía plano y sin emoción, lo vio. Eran otros ojos que la miraron fugazmente desde arriba. ¿Será que su vida volvía a tener color?
él no sabe que ella existe, ella sabe que es un sueño.
Saludará su boca con besos fugaces cada noche y cabalgará por aquellos lugares de los que todos hablan y en los cuales nunca ha estado. Y cuando la luz de la mañana la despierte y la aleje de aquellos brazos, se despedirá de él con un suspiro y un - te veo en mis sueños - Él le sonreirá con aquella sonrisa que le regala a otras y que la desarma. Ella sabe que en su mente, él no faltará a la cita.
La realidad la golpeará tan fuerte que su cuerpo dolerá.
Nada cambia, todo se transforma y ellos simplemente ya no eran los mismos.
Pero veinte años son difíciles de olvidar y los sueños son sólo eso.