lunes, marzo 24, 2014

SÓLO ABRÁZAME / 9. LA CEREMONIA




La fiesta estaba comenzando, los invitados se iban acercando a saludar a los novios.

Miranda y Amir estaban nerviosos. El aun no sabía qué sucedería aquella noche. Decidió no planificar nada y ver como se iban desarrollando los acontecimientos.

¡Cómo deseaba que Sofia estuviera ahí, junto a él, en vez de la loca de Miranda!

Cuando apareció su padre en la puerta, quizo huir; sus piernas flaqueron y sentía que se iba a desmayar. Le faltaba el aliento.

Al verlo entrar, Olivia se puso como loca y corrió a recibirlo. Él venía con una gran comitiva.

Amir se impresionó al verlo. Era un tipo alto, fornido. De tez morena y ojos color miel.



De inmediato, sin saber cómo, los dos Amires cruzaron las miradas. El príncipe ni siquiera miró a Olivia y se adelantó a saludar al joven  de ojos oscuros y tristes.

Se miraron sin hablar, se reconocieron. Ambos tragaron saliva para no llorar. Se abrazaron. Y mientras lo hacían, el príncipe le susurró al oído - Eres tu, se que eres mi hijo y el de mi amada Katy 

Amir, no decía nada, solo lo abrazaba fuerte, respiraba agitado y quería llorar a gritos; decirle que siempre supo que él existía, preguntarle por qué se tardó tanto en ir a rescatarlo de aquella mujer. Pero no podía emitir palabra. La emoción no lo dejaba respirar.

Olivia quedó petrificada al ver aquella reacción. Definitivamente no estaba en sus planes que ambos hombres se reconocieran como padre e hijo. Sus planes se caían estrepitosamente. Se había quedado desarmada y no sabía qué hacer.

Al fin, el príncipe separa su abrazo de su hijo, le sonríe cálidamente y luego se dirige a los invitados, quienes continuaban llegando a la ceremonia quedando atónitos frente a la extraña escena que les había tocado presenciar.

- Lo se todo Olivia

La mujer apretaba fuerte un vaso whisky entre sus manos sin levantar la mirada. Tragó saliva y luego de unos segundos lo encaró

- No se de qué me hablas. Eres un maldito hijo de puta. Te invito a una ceremonia formal y ni siquiera eres capaz de comportarte. Sigues siendo el mismo principito insulso de un país que nadie conoce.
- No me decepcionas Olivia. Veo que continúas siendo la misma. Tan grosera

El príncipe esbozó una sonrisa irónica de medio lado. La misma que la había enamorado a ella hasta volverla loca. Y esa piel y aquellos ojos eran los mismo. Olivia sentía que perdía todas las fuerzas ganadas avivadas por el deseo de venganza y odio que le había nacido al ver que aquel hombre jamás sería de ella. Ni él, ni sus títulos, ni su gran fortuna.

- ¡El grosero eres tu imbécil! cómo te atreves a ...

Olivia ya se encontraba ebria. Intentó abalanzarse sobre él con el puño en alto pero los guardias y Amir la detuvieron.

- Cómo te atreves a llegar y armar tremendo escándalo.  ¡Y tu maldito hijo de pu...!

Se dirigió a Amir que los miraba sin entender nada, mientras Miranda se intentaba esconder tras unas cortinas. Había entrado en pánico. Ella sí sabía de lo que hablaba aquel hombre y estaba aterrada.

- Basta Olivia. ¡Lo se todo! Eres una arpía. La policía ya está en camino
- ¡De qué me hablas!
- Durante todos estos años, desde que Katy murió, comencé una investigación privada.

Miranda en ese momento sigilosamente trató de huir de aquella escena.

- Señorita no se escape - Dijo el príncipe- Usted también fue motivo de mi investigación.

El hombre de repente  pareció tener más altura y su voz se volvió potente y firme.

-Si señoras y señores Estas mujeres les han estado mintiendo todos estos años. No son quienes dicen ser y esta ceremonia es una completa farsa. Mi hijo...

En ese instante el salón se llenó de murmullos y caras de espanto.

-Si, mi hijo - recalcó el príncipe tomando de un brazo a Amir y acercándolo hacia él - Amir jamás podría casarse con esta clase de mujer; la hija de una víbora como Olivia y sabe Alá quien es el padre. ¡Jamás lo aprobaré!

Todos en la sala quedaron mudos. Sobre todo Amir, no entendía como su padre lo sabía todo, si el pretendía contárselo aquella noche

La policía no tardó en llegar y pronto ya estaba dentro del salón

- Señor comisario, por favor proceda - dijo el príncipe
- Señora por favor acompáñenos. Queda usted detenida por el asesinato de la señora Katty Mc-Kay y usted señorita Miranda por ser cómplice del hecho.
- ¡Cómo te atreves!

Exclamó Olivia mirando con odio al comisario. Ella había pagado por su silencio cuando todo ocurrió. Ahora conocería su venganza.

- No pude hacer nada - le susurró el comisario - Ese hombre trajo todas las pruebas. ¡No se como lo hizo!
- Si caigo caes conmigo idiota - dijo Olivia
- ¡Llévenlas! - gritó el comisario. Luego cerró los ojos y salió del lugar sin antes mirar de reojo al príncipe quien le devolvió la mirada con un guiño.

El comisario era una persona muy influenciable. Pagar por que dijera la verdad de lo ocurrido aquella noche en la que Amir había llegado todo ensangrentado al hospital luego que Olivia hubiera acuchillado a Katty, no había costado demasiado.

Serían unos pocos años de cárcel y luego, una cuantiosa jubilación y pasajes hacia algún país lejano.

-  Señoras, señores por favor - dijo el príncipe - aquí no ha pasado nada. Sigamos con la fiesta, pero esta vez estamos celebrando el reencuentro con mi hijo, mi heredero, el hijo de la mujer que mas amé en la vida.

En ese momento ninguno de los dos pudo seguir reprimiendo las ganas de llorar de la emoción y se volvieron a abrazar fuertemente, quedándose así por un rato.

- Amir, hijo mio, me alegro que estés bien. Supe que esta mujer te maltrataba.
- Dígame por favor como supo todo. Yo recién me enteré esta semana y creo que sólo de algunas cosas.
- Si, no te preocupes te explicaré en el camino
- ¿En el camino? ¿A donde vamos?
- Debemos marcharnos pronto de aquí, nos esperan en mi país, tu país, tus súbditos te quieren conocer.

Antes que Amir se diera cuenta estaba sentado en una gran limusina negra junto a su padre y un montón de caras desconocidas y amargas. Su corazón saltaba a toda velocidad.

- ¡Sofía! - pensaba, mientras miraba por la ventanilla 
- Hijo .... Al fin juntos. Déjame contarte, déjame contarte, mira que esto que nos ha pasado realmente es increíble.

El príncipe estaba tan emocionado y feliz que sólo pensaba en contarle a su hijo cuanto deseó tenerlo cerca de él cuando se enteró definitivamente de su existencia.

- Cuando murió Katy, mi amada Katy, quise morir yo también. Yo amaba a tu madre hijo. Ha sido la única mujer de la que realmente me he sentido enamorado. Pero bueno, ella ya estaba casada y no habría sido capaz de ocasionarle ningún dolor.
Luego tuve que partir. Nos despedimos y me hizo jurarle que no volvería a buscarla, pasara lo que pasara. Yo no pude, hijo. Siempre quería saber de ella y de su vida. Puse gente a seguirla y así fue como supe de su embarazo y de tu nacimiento. Sospeché que eras mi hijo cuando pude ver una foto tuya. Sólo que eso fue un poco tarde ya que Olivia se había encargado de hacerme creer que aquel niño era hijo de ella y no de Katty y que la niña era realmente hija de su esposo y no mío.
Eso me desilusionó mucho y dejé de vigilarla. Pero la noticia de su muerte me hizo revivir todo nuevamente y comencé a investigar.
Fue cuando me enteré de que había sido ella, Olivia, quien la había matado y quien había cambiado los niños al nacer convenciendo a Katty que eso sería lo mejor para ella. En aquellos años yo era muy joven y en una noche de borrachera me dejé seducir por Olivia. No sabes cuanto he sufrido por eso. Esa es la razón por la cual ella pudo manipularlo todo y a todos.

Amir no emitía palabra. Su cabeza daba vueltas. Se sentía mareado y quería vomitar. Incluso llegó a perder la conciencia por un instante.

Los médicos del príncipe lo atendieron de inmediato y lo subieron al avión privado donde lo restablecieron.

Entre sueños Amir sintió que su pecho se partía en dos. Despertó con un grito

- ¡Sofia!
- Y quien es Sofia - preguntó el principe -
Amir no contestó
- No puedo irme  - dijo después de un rato - Tengo mis estudios, mi carrera... mi mujer.
-¿Tu mujer?
- No, es solo que ella es...
- ¡Ah! si no es alguien importante, entonces no hay problema. Ya verás que en tu país encontraremos a la mujer perfecta para ti. Ahora trata de descansar porque el viaje será largo.

Amir no sabía qué hacer, llorar, salir huyendo. Sentía que estaba siendo secuestrado, alejándolo de todo lo que él mas amaba. Pero su padre no entendía razones y no lo dejaba hablar. Al fin se quedó callado y dormido debido a los tranquilizantes que le habían aplicado los médicos para que se calmara. Al caer rendido solo deseaba que todo esto haubiese sido un mal sueño y esperaba despertar en los brazos de Sofia.


© Sam Mezylv

Continuará


(Escrito 06/05/2010)





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