domingo, mayo 26, 2013

DIARIO DE UNA GORDA DIVORCIADA / UNA MUJER SIN CLASE






DIARIO DE UNA GORDA DIVORCIADA / SOY UNA MUJER SIN CLASE

Hoy me levanté temprano. Me costó conciliar el sueño después de lo de anoche. 

Tenía demasiadas cosas en qué pensar pero me rehusaba a hacerlo. Al final me quedé dormida imaginando puras tonteras.

Después de la ducha me fui directo al espejo. Ya no paso por la pesa. Seguro me dice lo que no quiero oír. Prefiero ahora a mi amigo el espejo, el siempre me dice otra cosa, lo que me interesa.

Ahí estaba yo, desnuda observándome. Mi piel sigue siendo suave, la gravedad aun no se ensaña con mis pechos ni mi culo. Sigo manteniendo la  cintura que solía tener cuando era más joven. ¡Son estas caderas las "potentes"!. ¡Es mucho!

El sobrepeso se esconde ahí y en mi vientre.

Decidido, comienzo de nuevo con la natación.

Sonó el teléfono, era Johanna.

-Cuéntamelo todo, donde te metiste, ¡te buscamos por todas partes!
-Nada - le dije - No pasó nada, me fui temprano.
-Eso no es lo que me contó Manuela - me respondió curiosa
-¿Y qué vio Manuela? - le dije.
-¿En verdad quieres que te lo recuerde?
-A ver pesada, qué quieres que te diga
-Te vieron con el nuevo, el petulante, muy abrazadita. ¿No que te era totalmente antipático?
-Sí, y me sigue cayendo mal. No sé que me pasó anoche amiga. Sólo sé que no volverá a ocurrir.
-Pero ¿¡cómo fue?!
-¡No se! No te digo. Ya, te dejo porque tengo hambre y me voy a tomar un rico desayuno. Chau
-Ok, nos vemos el lunes
-Sí, ya el lunes. Chau.

¡Qué vergüenza!, eso es pasado mañana.

No sé que me pasó ayer, ni siquiera quería pensar en ello. La llamada de esta loca me lo hizo recordar. ¡Ahhh!
Soy realista. Ese tipo de hombres jamás se fijaría en mí. No cumplo con los cánones de belleza que a ellos les interesa.

Sus mujeres son muy delgadas, casi esqueléticas, todas son o se vuelven rubias, tienen la piel muy blanca o demasiado quemada por el exceso de solárium y de cremas raras que se echan encima. La mayoría tiene cara de asco, como si todo les causara repugnancia.

No saludan a nadie, nunca dan las gracias y nunca hay que esperar un "por favor" de parte de ellas.

Hablo con conocimiento de causa. Las esposas o novias o hermanas y madres de los gerentes de esta "afamada" empresa son así. !Ninguna se salva!

Todas caminan como si flotaran y que ojalá nadie las toque ni las mire. Luego, si se dignan a decir algo, es como escucharlas hablar con una papa caliente en la boca. Que ganas de gritarles ¡habla bien mierda!

El tal Bruno parece más aterrizado. Más "como uno". Tiene una linda y amplia sonrisa. Aunque igual se mandó un numerito en la disco. 

Mmm. ¡Nadie salva!

Basta de pensar en hombres que no valen la pena... ¡Además... tiene novia!

De sólo imaginar que él puede hacerle sentir a ella lo que anoche me provocó sólo poniendo sus brazos alrededor de mi cintura, me pone de mal humor.

Cierro los ojos y escribo. No consigo olvidar esa emoción. No quiero hacerlo.

Ja!, De repente me acordé de “pastel”. Él a veces me decía eso… que yo era una mujer sin clase. Que era gusto de camioneros. Mmmm igual los hay bien lindos jejeje. ¡¡Qué me importa!! ¡Otro imbécil!. Aghhh por qué tenía que acordarme de él.

Ya es tarde. El sol ya no entibia mi balcón.


Me encanta mi apartamento. Está cerquita del parque y fácilmente me puedo ir en bicicleta hasta la oficina. ¡¡Eso!! Desde el lunes me voy en bici. Debo aprovechar que aún no comienzan los fríos ni las lluvias y mi cuerpo necesita ejercitarse. A la vez aprovecho de no pensar…. De repente me encuentro con un lindo camionero por el camino jejejeje.








DIARIO DE UN WINNER / JUEVES TE OLVIDO, VIERNES… MIERDA!



Jueves. Cansado. Sólo quería irme a mi casa para ver algo de tele y dormir.

Llamé a la Pía para que olvidáramos lo de a salida al cine. Realmente han sido unas semanas intensas.

Esta empresa es un despelote. No me explico cómo es que aun no ha quebrado.

Me reuní con algunos gerentes y les hice ver lo mal que estaban llevando las cosas y prácticamente exigí cambios.

Los tipos se miraron raro. Lógicamente estos cambios se traducen en gastos y el bolsillo les duele. Se miraron y cuchichearon entre ellos. Uno por ahí dijo que alguien se los había hecho notar pero no le quisieron prestar atención.

-Pues ese alguien tenía razón- les dije, con voz firme y segura.

Tal vez fui un poco prepotente sí, pero con algunas personas es necesario serlo.

En resumen, tomaron en cuenta mis reparos y comenzaron a ponerlos en práctica casi de inmediato.

Esta nueva situación nos llevó a tener que quedarnos a trabajar algunas horas extra.

Me quedé varias noches solo en la oficina, revisando informes, haciendo reportes, etc., etc., etc. 

Esta tarde levanté la mirada y la vi. Parecía triste. Estaba de espaldas a mí, mirando por la ventana. Tuve tiempo para observarla con mayor detenimiento. 

No sé qué me pasa cuando la tengo cerca. Simplemente no puedo mirarla de frente. 

Tiene un cuerpo perfecto. Unas curvas que no recuerdo haber visto en mi vida. De esas que ya no se ven normalmente por ahí.

Las mujeres de ahora o tienen 10 kilos de silicona en las tetas y 20 litros de botox en los labios o son más flacas que un perchero. Doris no. Ella es de cabello negro, liso que cae silencioso sobre sus hombros y su espalda. Sus piernas. Ah ¡Qué piernas!. Llevaba puesta una blusa blanca sin mangas que le hacían ver su piel morena y transparentaba un poco su delicada ropa interior. Se notaba que la chica se preocupaba de su persona y de esos detalles que nos gusta ver o percibir a los hombres.

De improviso se volteó y me pilló escrutando sus caderas. Sentí un inmenso calor que me subió hasta las mejillas. Nuevamente tuve que agachar la cabeza para que no notara mi turbación.

¡Pero qué cosas estoy diciendo! Me desconozco.

La verdad que no llegué a esta empresa a buscar minas. Ya tengo una y ella es perfecta para mí. Además, esa tal Doris no está a mi nivel. Somos de mundos diferentes. No soy del tipo que anda con mujeres como ella. Bajaría mi perfil y no estoy dispuesto a que anden hablando a mis espaldas.

Tengo una imagen que cuidar frente a mi familia y amigos la cual no estoy dispuesto a perder por causa de una mujer de menor categoría y que no calza para nada con mi estilo, ni con lo que se espera de mí.

La Pía está bien. Pocas tetas, flaca, alta, rubia, Una mina para un tipo como yo, todo un ganador.... si así está bien. Es como debe ser.

Lo que terminó por descolocarme y definitivamente no querer tener nada que ver con ella fue que, cuando iba saliendo del edificio en mi auto, ese coche que compré a mi medida, que sólo un tipo como yo puede conducir, la vi sola en la acera. No lo pensé dos veces y me ofrecí a llevarla. Será de otro nivel pero yo soy un caballero. Pero me plantó en cara un tremendo NO y antes que se me desfigurara la cara partí echando humo del lugar.

¡Que tipa más empelotante! Llegué a casa con la sangre hirviendo. ¿Quién se cree? Es una simple empleada. Tiene que agradecer que un tipo como yo haya puesto los ojos en ella.
Ehhh Voy a hacer de cuenta que yo no escribí eso….

Mejor me voy a dormir. Mañana cierro este blog. Estoy escribiendo puras weás.

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No me puedo contener… Tengo que escribir lo que sucedió. Si no lo hago creeré que todo fue un sueño y temo que se convierta en una pesadilla.

Viernes. Bueno sucedió que me decidí y me iba  junto a mi compadre Bruno cuando nos atrapa Ricardo, un personaje arrogante, arribista y ordinario.
Ok, pero ¡Al menos yo no soy ordinario!

La cosa es que nos convenció de ir a algún lugar a tomarnos un trago y que luego veríamos. Yo, la verdad que no quería nada más que estar en casa a solas.

-Ya Félix- me animó Bruno-, que hace rato que no salimos solos. Siempre andas con la Pía pegada a tu cuello. ¡Vamos!

Tenía algo de razón. Desde que andaba con ella que no tenía una noche para mí solo.

-Ok, vamos- dije, total sería solo un rato.

Cuando íbamos en camino este tipo Ricardo comenzó a hablarnos de las mujeres de la oficina como si las conociera íntimamente a todas. ¡El tipo me tenía hasta los cojones!

De Doris nos ha contado que es muy sensual para bailar, que tiene unas caderas de lujo. Me dio toda la impresión que este individuo le tenía ganas a esta mina hace rato.

Cuando llegamos al lugar lo encontré bastante lúgubre, oscuro y olía mal.

Estuve a punto de marcharme en el mismo momento en que pisé aquel sitio pero sorpresivamente, no sé por qué, mi mirada se dirigió hacia el lugar donde justamente se trataban de esconder Doris y unas cuantas de las chicas de la oficina.

Ricardo nos obligó a sentarnos en una mesa junto a ellas. Bruno le siguió el juego a Ricardo y comenzaron a hablar de ellas.

Que Johanna las tiene muy pequeñas, que Manuela debe ser una puta en la cama, que Sofía es una mojigata... Que Doris está pa mascarla.

Esto superó toda mi paciencia y tuve ganas de darle un buen golpe a ese par de idiotas, pero uno es mi mejor y único amigo y el otro es uno de los dueños de la empresa donde trabajo, no podía hacer nada, sólo salir huyendo de aquel lugar, así que agarré mis cosas para irme pero Bruno nuevamente me detuvo justo cuando me dirigía hacia la puerta.

-Dónde vas ahora si estamos a punto de invitar a las chicas a bailar - me dijo -
-¿A bailar?, están locos yo me voy.- Le dije, pero justo cuando me disponía emprender la retirada veo a Doris que se me adelantaba y también se iba del lugar.
Para no parecer que iba tras ella, porque no fue así, me quedé un rato más hablando con Bruno pero este salió persiguiéndola hasta la puerta. No sé qué le dijo. Noté que ella le sonreía como nunca lo ha hecho conmigo. Lo miraba coqueta, al momento que una sensación extraña se me ponía en el pecho. Finalmente, mi buen amigo terminó por convencerla y fuimos bailar todos juntos.

Cuando íbamos en el auto me enteré por qué esta chica, Doris, pareciera querer matarme con la mirada. Ricardo nos contó que ella fue a quien le dieron con la puerta en las narices cuando fue a presentar el proyecto para los cambios que vine a hacer yo. Recién ahí me di cuenta ¡Esta mina me debe odiar!

Una vez que llegamos a la disco pensé en desaparecer con el pretexto de ir por un trago a la barra pero la que desapareció fue ¡Doris!

No pude quitar mis ojos de ella. ¡Cómo se mueve, cómo camina, cómo sonríe! Esta mujer tiene algo. Muchos estábamos babosos ahí mirándola. Ella se sabía seductora.

Me acerqué un poco más para observarla más de cerca y vi como un par de borrachos se le acercaron, entre ellos mi buen amigo Bruno. El muy imbécil estaba muerto. Pero ella se los supo sacar de encima con mucho estilo.

Seguía embobado mirándola cuando sin darme cuenta la tenía sentada frente a mí. Me miró como extrañada. ¡Quizá que cara tendría yo también!

Quise decir algo pero me encontraba como alucinado con su presencia ahí tan cerca de mí. Repentinamente el cargante de Ricardo la tomó bruscamente de un brazo y se la llevó a la pista de baile.

No sé cómo, ni por qué, pero cuando vi que este tipo la comenzó a acosar me hirvió la sangre y salté de mi asiento, la tomé de un brazo y la llevé a otro lugar, lejos de todos.

Si soy sincero, no puedo entender aun qué me sucedió.

Recuerdo que arremangué las mangas de mi camisa, caminé con paso firma hacia ella y la tomé fuerte por la cintura aferrándola a mi cuerpo. ¡Mi corazón latía tan fuerte! ¡Juro que no había tomado más que un whisky en toda la noche! Luego, pase mi mano por su espalda acercándola aún más hacia mi cuerpo. Aunque moría por sentir su piel en mis manos, ese sólo hecho me encendió a mil. Acerqué mi cara a su cuello no pudiendo contener mi respiración agitada.
Por un momento me pareció sentir que ella también temblaba.
Pero lo mejor vino cuando sus manos se posaron sobre mi pecho. “Oh My God”, qué fue eso – pensé -. Sentí que mi corazón se paralizaba.

Sentí el calor de su cuerpo que traspasaba mi ropa hasta sentirla en mi piel. Su aroma, sus cabellos. ¡Creo que me estoy volviendo medio loco!

Esta mujer no me mira siquiera y con toda seguridad me debe odiar, por lo del trabajo. Pero si lo pienso bien, ella se quedó ahí junto a mí, hasta que a la Pía se le ocurrió ¡llamarme al teléfono!


¡Mierda!

viernes, mayo 24, 2013

DIARIO DE UNA GORDA DIVORCIADA / ¡¡NI LO PIENSES!!



El viernes salí con mis amigas de la oficina. Un pequeño happy hour para terminar con unas semanas realmente estresantes.

La llegada de los nuevos hizo que se realizaran reestructuraciones a lo que es nuestro trabajo rutinario, por lo que hubo días en que me vi realmente colapsada.

Félix, que así se llama el rubio petulante, llegó dándoselas de jefe y lo peor es que le hicieron caso cuando dijo que era necesario lo de los cambios.

Para ser sincera no estaba equivocado. Era necesario tomar esa resolución al fin.

El punto, y lo dramático de todo esto, es que yo ya se lo había hecho notar a los del "Olimpo", pero nunca me hicieron caso. ¡Claro, como soy MUJER! Nunca nos toman en cuenta a la hora de tomar decisiones importantes estos mal nacidos.

Y no hace más que llegar este prototipo de galán y le empiezan a oler hasta los pedos.

Definitivamente cero feeling con este tipo. Me pone nerviosa cuando me mira, es más, me molesta que lo haga, me enfurece incluso que me dirija la palabra.

Hace unas noches atrás tuve que quedarme hasta tarde trabajando en un proyecto. 

Yo ya tenía mis planes y me enfurecí cuando me dijeron que debía terminar la presentación si o si esa noche.

Tenía tanta pena que me acerqué hasta el ventanal que da hacia la calle.

Mientras intentaba retener esa lagrima idiota que comenzaba a desprenderse de mis pestañas y miraba las luces y la luna llena, sentí unos escalofríos tremendos que me recorrieron entera. Al voltearme, me tope de frente con los ojos azules de Félix que me observaban desde su oficina.

Debo haberle puesto mala cara porque no dijo nada. Agachó la cabeza y volvió a entrar. Después de eso quiso llevarme hasta mi casa en su auto deportivo super lujoso y típico de fanfarrones mediocres e inseguros.

-Vamos sube, te llevo - Dijo muy altanero mirando hacia el otro lado
-No, gracias, ya pedí un móvil - puedes meterte el coche donde te quepa idiota- pensaba yo mientras lo miraba con rabia
El no insistió y se fue rápidamente... Más rabia me dio.. ¡Hacía frío! ¿por qué no insistió? ¡¡¡Ahhhh!!!

Así las cosas mis amigas decidieron llevarme de copas a nuestro lugar de reunión after office para sacudirme la mala onda.

Siempre vamos a esta pequeña taberna, ahí se escucha buena música, hay un buen ambiente, buenos tragos y lo mejor es que nadie de la empresa la conoce, por lo que nos relajamos a gusto, hablando y riendo a destajo.

Pero eso había sido así hasta este viernes, porque sucedió que llegaron los "New kids" más uno de los gerentes del "Olimpo", con los que obviamente no compartíamos este tipo de actividad.

Al verlos llegar tratamos de disimular nuestra presencia pero el rubio de nuevo se percató que estábamos ahí y se acercaron a saludar. ¡Horror!
Me comencé a sentir incómoda y de inmediato quise irme del lugar. Esa extraña sensación de que te están observando y luego se dicen cosas al oído y se ríen. Eso estaba haciendo el parcito. Realmente algo muy desagradable.

Mis amigas también se dieron cuenta así que optamos por marcharnos de ahí e ir a bailar tal vez a algún otro sitio.

Lo malo fue que al irnos a despedir, (porque "lo cortes no quita lo valiente"), el gerente, el más grotesco de todos los hombres que he conocido alguna vez, nos invitó a que los acompañáramos a ir a bailar a algún otro sitio.

Yo con esos tipos no voy ni a la esquina. Además soy una tipa más bien de lugares piola, tranquilos, como para gente como uno. Pero insistieron tanto que hasta pesado se puso el weón, así que mis amigas al final accedieron, menos yo. Estaba tan molesta con eso de las miraditas y el cuchicheo al oído que dije: -No gracias. Adios.-

Cuando ya estaba en la puerta me tomó del brazo el moreno, se llama Bruno. Fue muy amoroso al pedirme que por favor los acompañara. Me dijo que no me preocupara por el viejito grotesco ese, ya que él estaría ahí para quitármelo de encima. Yo no pude evitar sonreírle. Adivinó los motivos por los que en verdad estaba huyendo del lugar y me hizo pensar que tal vez este chico podría ser de aquellos dotados con intuición y asertividad, cosa que poco se ve en los hombres. Además me dijo que quería comprobar si lo que le habían dicho acerca de mi era cierto.

-Ya, ¿y que andan diciendo por ahí?- le pregunté coqueta
-No te preocupes sólo cosas buenas-. Me respondió.

Me convenció con sus ojitos risueños y salimos juntos del lugar. Me abrió la puerta muy galante y me volvió a sonreír. ¡Casi me hago pis!

Fue muy divertido. Hacía tiempo que no me sucedía que al entrar a una lugar sintiera encima de mí todas las miradas masculinas (y algunas femeninas también, porque no decirlo). Eso me subió el ego hasta las nubes. Después de todo, como dicen por ahí, "Belleza es sólo cuestión de actitud", y mi actitud en ese momento era de completa seguridad en mi misma, en mi cuerpo, en mis cabellos, en mis manos, en mi forma de caminar.

Todo lo que aprendí en esa terapia, a la que aun estoy yendo, lo puse en práctica al entrar y observar con la cabeza bien en alto al resto de la concurrencia, que por la hora, aun no era mucha.

No terminaba de acomodarme en un rinconcito junto a mis amigas cuando un tipo bastante guapo me invitó a bailar.

Me dije que era la ocasión de zafarme de los pesotes, así que no me hice mucho de rogar, les pasé mi bolso y abrigo a las chicas y me fui con el guapo a la pista a moverme un poco.

Bailé casi toda la noche con él y otros más que por ahí se atrevían y me invitaban a bailar. De reojo podía observar a un grupo de mujeres solas, nada de feas, que había en una mesa cercana a la nuestra. Salían a bailar entre ellas y a todo el que se les acercaba a invitarlas les lanzaban una mirada de furia de espanto, que a los pobres no les quedaba otra que huir a refugiarse en una esquina y conformarse con sólo mirar.

No las entiendo. Si están comprometidas ¿qué de malo tiene que bailen con otro hombre que no sea su pareja, si solamente van a bailar? Si no les gustan los hombres…mmm, bueno ahí ya es un poco entendible, pero no parecían ser de  ese tipo.

A mí me gusta ser admirada, soy coqueta por naturaleza, a pesar de mis exageradas curvas.. (ejem...trato de no pensar en ello) y no me ha ido mal hasta el momento. Al final es una la que pone los límites; entonces, ¿por qué no pasarlo bien bailando con una persona que te verá con ojos de deseo y sonrisa sensual? Que te tomará de la cintura y te acercará a su pecho para abrazarte y hacerte sentir segura y que no dejará que caigas ni tropieces mientras bailas? ¿Por qué algunas mujeres insisten en creerse autosuficientes si en el fondo de su corazón sólo desean ser amadas por un hombre, acariciadas, deseadas?

Bueno, mientras ellas se hacían las duras yo lo pasaba regio. Hasta que le tocó el turno de bailar conmigo a Bruno, el moreno de la sonrisa sensual… hasta que demostró ser un completo imbécil.

Este me tomó desvergonzadamente de la cintura y me aferró a su cuerpo para bailar una salsa. ¡Tiene un cuerpazo este muchacho! Lo malo es que andaba borracho. Con hartos whiskys encima y lo noté un tantito "hot", lo que no me gusta nadita. Un weón borracho es lo más matapasiones que hay, pero ellos juran que matan. ¡Matan de pena, los pobres!

-Pero ¡déjame llevarte yo! - me reclamaba. ¡Pero si era él quien no se podía mantener derecho!
-Mujer que me dejes guiarte. ¡Yo soy el hombre! – me dijo. Yo lo miré molesta mientras luchaba por quitármelo de encima. De pronto pensé que las minas duras de la mesa de al lado justamente era a estos tipos a los que querían mantener alejados. Mmm. Me pasa por confiada.
-Esta mina no se deja llevar por nadie... ¡Está como una piedra. Fria y tiesa! - dijo Bruno, dirigiéndose a todos los de la mesa. Entre ellos el rubio petulante que no me quitaba los ojos de encima.

No pude evitar que se me subieran los colores al rostro cuando sentí sus intensos ojos azules sobre mí. Al final, terminé por darle una patada en las canillas al borracho y me fui corriendo al baño. Intenté distraer mi atención y hacer como que nada había pasado pero no podía. Esa mirada ardía o ¿fue idea mía?

Aproveché la ocasión para descansar un rato. Cuando volví, en la mesa sólo estaba Félix, calladito. Me miraba como raro. No entendía esa actitud de él. Andaba así desde que salimos del pub, pero la verdad no quería que me importara en lo más mínimo.

No tuve tiempo de entablar una conversación con él porque justo llegó el viejo repulsivo que me tomó de un brazo y me tironeó a la pista de baile.

¡Otro borracho más! Luché por quitármelo de encima. ¡Era un triunfo mantenerle las manos quietas a ese hombre!

Cuando me quiso agarrar el culo estuve a punto de darle una buena bofetada pero de la nada apareció Félix, me tomó del brazo, me hizo dar una vuelta y no sé como ya estábamos en otro lado de la pista.

-Gracias- le dije un poco avergonzada. Él no respondió hasta después de un rato
-¿Estás bien?.- Lo miré hacia arriba. ¡Por dios que alto es!
-Ehhh.. si, si.

Y eso fue todo lo que nos dijimos. Hasta que, como en las películas, pusieron una música lenta y bajaron aun más las luces.

-¡Horror!- tragué saliva. -Este es el momento para escabullirme- pensé, pero sorpresivamente este Félix me tomó de la cintura y me acercó hacia su cuerpo. Lo noté nervioso. Mis brazos parecían mandarse solos y como si nada se instalaron alrededor de su cuello. Se sentía muy cómodo estar así.

No sé, era como un calorcito intenso y rico que me recorrió entera. Cerré los ojos como para dejarme llevar por la música y por la tibieza de ese cuerpo, pero su celular comenzó a sonar.

Ambos nos asustamos y tomamos distancia. Mientras respondía la llamada me miró y me hizo señas para que lo esperara. Lo hice, pero lo escuché que hablaba con su novia: "Si mi amor, no mi amor, no te preocupes mi vida. ok, un beso."

Es igual a todos, me dije y cuando él se volteó aproveché para ir a buscar mis cosas e irme del lugar sin avisarle a nadie.

Realmente me sentía algo extraña y quise ir a refugiarme pronto a mi apartamento.


¡Ni lo pienses Doris!




DIARIO DE UN WINNER / NUEVOS DESAFÍOS Y.. ALGO MÁS?





¡Ese soy yo!

No sabía como titular este diario. "Diario de un tipo exitoso, diario de un galán, diario de un tipo
top". Al final me decidí por éste. En el fondo abarca todos los anteriores. ¡Ja!

Soy un tipo con suerte, exitoso. Y no me da vergüenza reconocerlo. ¡No tengo por qué! 
"Donde pongo el ojo, pongo la bala". ¡Ese soy yo!

Ahora, ¿por qué comencé con esto de escribir? La verdad siempre me pareció una actividad
de minas y de gays. Pero de un tiempo a esta parte siento que necesito expresar de alguna 
manera situaciones y sentimientos que no suelo compartir con nadie.

Hace unos días entré al PC de mi amigo y encontré esto de los blogs. Me burlé un rato de él 
pero me di cuenta que es una forma discreta de decir lo que uno siente de verdad sin que nadie
se entere de quien realmente eres o quien quieres aparentar que eres.

Lo que pasa es que hay veces en que me canso de ser yo. Uf! lo dije. Esa es la verdad.

Y, obvio, esto no lo puedo comentar con nadie que me conoce. ¡Mi imagen quedaría absolutamente dañada!

A pesar de que soy y me considero un tipo exitoso en todo, en el fondo soy más bien tímido
e inseguro. Esa facha de ganador es solo una forma de ocultarme para no ser molestado ni herido.

Mi apariencia me ha ayudado a tener un arrastre increíble con las minas. Minas regias eh.

Con la que ando ahora es una diosa. Alta, rubia, delgada, espectacular. Aunque a veces me aburre
No tiene mucho tema de conversación. Sus perros, su dinero, sus compras, etc.

En la cama, la tipa se maneja bien, pero si soy sincero, falta algo, no sé qué es. Sólo siento 
que debe haber algo más.

Cada vez que lo hacemos, ella se pone a brincar encima mío como una loca, me araña la
espalda hasta sacarme piel. Yo quiero alcanzar su boca para besarla y morderla despacio pero
ella me aleja y se aferra a mi cuello y me sigue saltando encima. Luego se deja coger por detrás y continúa gritando y moviéndose desenfrenada.

A momentos me parece más una sesión de aeróbicos que una de sexo.

Debo confesar que a veces me gustaría sentir una caricia, un beso apasionado, lujurioso, unos masajes no estarían mal. Por ahí dicen que a los hombres nos gusta ir "directo al grano", para mí no es tan así. También es bueno de repente algo de romanticismo... (¿Sonó cursi?).

Me gustaría poder conversar con una chica que me haga reír, pensar, discutir, intercambiar ideas. ¡¿Pero no le puedo pedir tanto a la vida no?!

Muchos envidian mi suerte y me gusta que lo hagan. Aunque no se imaginan lo duro que es mantener esta fachada.

Si lo pienso bien yo nunca he sido el que va tras de ellas. ¡Son ellas las que me acosan! jeje. Y, como soy un caballero, no les puedo decir que no.

La verdad, he dicho que no alguna vez. Cuando me vi acosado por una vieja gorda y fea. Fue una experiencia repugnante. Más encima era jefe directo mío. No sabía cómo sacármela de encima. Al final tuve que renunciar y acabo de comenzar en esta empresa.

Es un nuevo desafío. Al menos no estaré solo. Entré junto a mi compadre. El único amigo que me va quedando. No me envidia ni yo a él. Debe ser por eso que esta amistad ha permanecido en el tiempo por tantos años.

Tenemos gustos diferentes en minas. Por ejemplo, él ya le echó el ojo a una de las que será nuestra nueva compañera de trabajo, una gorda que me miró re feo.

Pero veamos, si estoy escribiendo esto es porque voy a ser sincero aquí al menos, en este espacio, y debo decir que, la verdad miré a esta mina y algo raro me sucedió. No sé como describirlo. La cuestión es que quité enseguida mis ojos de ella cuando noté su mirada sobre mí.

A mi amigo le fascinó ella. Al parecer fue mutuo porque la gorda en cuestión le brindó una sonrisa que removió algo dentro de mí. Y de pronto me volvió a mirar y me sentí como un niño pillado en una falta. (Le estaba mirando las tetas... ¡Ouch!)

Mmm... Luego sigo. Ya no sé si quiero continuar escribiendo.


¡Estoy siendo demasiado sincero!





DIARIO DE UNA GORDA DIVORCIADA / RECOMENZANDO


Edad: 33 años
Estado civil: Divorciada
Peso: 80 Kilos... bueno ya oh 82 grrrr.
Estatura: 1.78

Esa soy yo, una chica XL (ExtraLinda).

Efectivamente no soy la típica "mina" pero tengo lo mío y no pretendo ser alguien que no seré jamás ni me interesa serlo.

Hace menos de un año que me divorcié del hombre que pensé sería el primero y el único en mi vida.

Estuvimos casados casi 15 años, no tuvimos hijos porque él no los quería. Decía que lo atarían y no le dejarían vivir libremente. Yo creo que era por su egoísmo patológico mezclado con su egocentrismo extremo.

En todo caso, ahora pienso que fue lo mejor, así no habría salido más gente perjudicada con todo esto.

Soy profesional, tengo un buen trabajo, pocos amigos, pero muy buenos.

Y aquí estoy, escribiendo nuevamente. Hacía muchísimos años que no lo hacía. Creo que desde que me casé.

Una deja de hacer tantas cosas cuando se enamora y luego, cuando se casa, es peor. Nos vamos dejando de lado hasta quedar reducidas a ser "la esposa de", o "la mamá de". 

Sí, sí, yo sé que no a todas les pasó o les pasa... pero si a varias...¡Me lo van a decir a mí!
Solía ser una deportista todo terreno, salía de lunes a lunes a divertirme y a bailar, que es lo que más me gusta hacer luego de leer y escribir. Pero... me enamoré y cometí la torpeza de dejar todo lo que me gustaba hacer por estar con él.

Era demasiado joven. Ahora que lo he meditado más detenidamente creo que confundí la pasión con el amor y obvio, en algún momento esa relación sucumbiría.

Pero él no encontró nada más lindo que culparme a mí de todo...¡PASTEL!. (Es más, lo llamaré así de ahora en adelante jejejeje).

Dijo que ya no era la misma en la cama y la verdad... puede que haya tenido razón en esos días.

¿Sería que andaba pasando por un mal momento? Todo me aburría, a nada le encontraba sentido; si lo hacíamos era solo para complacerlo a él.

Si lo pienso bien, hace rato que no tengo un orgasmo de esos que uh! Te dejan sin respiración y te llevan a desear una y otra vez volver a sentirlo.

El no... Era como el chiste de los abuelitos. "Una... pero despacito" ja!

Pero ni loca decirle algo así al super macho. Para él yo era el problema y así me lo hizo creer por mucho tiempo.

La cosa es que un día decidí despercudirme y tratar de salvar este matrimonio.

Inventé que llegaría tarde una noche para esperarlo vestida sensualmente e intentar volver a sentir esa pasión que algún día él me había provocado y que me hacía perder el control y quisiera atraparlo entre mis brazos y mis piernas, sacarle su ropa a tirones y besar su cuerpo, su cuello, sus orejas y esa boca que me parecía tan exquisita y delirante cuando su lengua se deslizaba por todos mis espacios y rincones.

Ufff, qué tiempos aquellos!

Increíblemente ese fuego se apagó. No se cuando, ni cómo, ni por qué. Simplemente ya no me provocaba.

Mmmm. Ahora que lo pienso... ¿Sería cuando me di cuenta que ya no había besos en nuestra relación? Pero de esos BESOS con mayúscula. 

¿O cuando sus caricias desaparecieron de mi piel, transformándose apenas en un roce de sus manos? 

Todo era mecánico, frío, sin emoción.

El asunto fue, como era de suponer, que la sorprendida fui yo.
Cuando estaba en la habitación, esperándolo y recordando todo aquello que solía hacerme sentir, alcancé a escuchar más de una voz que se acercaba por el corredor. Decidí esconderme en el baño dejando un poco entreabierta la puerta.

Así fue que lo vi llegar abrazado, besando, y acariciando a la que decía ser "mi mejor amiga".

Cerré los ojos y la puerta despacito para que no me oyeran pero no pude evitar imaginar lo que ellos estaban haciendo en mi cama... en nuestra cama.

Me lo lloré todo, me lo he sufrido todo y me lo comí todo también. ¡Llegué a pesar más de 90 kilos! Pero un buen día mis amigas me rescataron de todo aquello y comencé una terapia para comenzar a quererme de nuevo y a aceptarme tal cual soy.

¿Comenté que esa ex amiga es talla 32?

Pero eso ya no importa. Ahora estoy en otra. Bajé ya 10 kilos y estoy feliz. Me veo y me siento regia. Por ahora no ando en busca de aventuras ni nada de eso. 
Aun siento que estoy en proceso de reconstrucción. 

Salgo harto a divertirme por ahí. Siento que estoy en el mejor momento de mi vida. Estoy intentado retomar esas antiguas actividades que me hacían sentir tan feliz.

No han faltado los que creen que el estar divorciada es llegar y comenzar a tirar el culo a la vida. No señores. Conmigo no es así. 

Para mi pesar y la burla de mis amigas soy de esas tontorronas que se enamoran y que anhelan ser amadas por ese hombre que solo existe en los sueños.

¡Ah!

Anyway....Mientras llega el "perfect guy" me gusta saberme deseada. Creo que no hay nada más excitante que eso.

Anda uno que otro jote revoloteando alrededor con intenciones de llevarme hasta su cama. A ellos les digo que, sepan desde ya, se pueden ir guardando las ganas de tener este body entre sus manos.

Debo confesar que me gusta saber que me desean y que nunca me tendrán. A menos que yo quiera y para que eso suceda... solo el amor sería la llave de mi corazón y de mis secretos.


A propósito, hoy llegaron dos tipos nuevos a trabajar a la empresa. No están mal. Uno moreno y el otro rubio. El moreno me pareció interesante; el rubio, ¡guácala! No me gustó como me miró. Me produjo algo parecido a un escalofríos en todo el cuerpo.... ¡Petulante el tonto!

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