Esa mañana lo vi llegar junto
a su novia. Una rubia flaca con cara de tonta. No mentira, lo digo de picá que
soy.
Es muy linda ella. La
trajo hasta su oficina. No se despegaba del lado de él.
Yo "justo" debía
pasar por ahí y sin querer los vi. Ella le decía algo al oído como en susurros
pero era obvio que quería que todos nos enteráramos.
Subimos todos juntos en el
mismo ascensor. Yo actuando todo el rato como que no me interesaba en lo más
mínimo. Casi como si ni supiera que estaba al lado mio. Demasiado cerca.
Mientras intentaba no
darle importancia al pequeño espectáculo pseudo erótico que llevaban esos dos
recordaba la noche anterior.
Me sentía triste.
Necesitaba que me apapacharan y mi cuerpo sólo deseaba esos brazos que ahora
cobijaban el cuerpo perfecto de una rubia de ojos claros.
Recordé que mis ojos ya no
veían bien. La pantalla del PC había hecho que la visión se me nublara y me
pareció verlo observándome. Luego de unos segundos volví a la realidad y vi que
mis ojos mentían. Sólo era algo que mi subconsciente anhelaba y nada más.
Cuando al fin se
despidieron, ella lo agarró por el cuello y se colgó de él para
besarlo. Lo tomó de la corbata y le guiñó un ojo. Luego volvió a
besuquearlo en la boca, en el cuello. De pronto me pareció ver que lo tenía como
acorralado contra la puerta del ascensor y le acariciaba la espalda pasando sus
manos por sobre la camisa. El solo le sonreía. (¿Me miraba mientras la
besaba? ¿sería mi imaginación?).
-Pía... que hay gente...
ya vete - le dijo bajito, sacándosela de encima y como con tono nervioso.
La tomó de un brazo y la
dejó arriba del ascensor despidiéndose de ella con la mano.
Me miró para saludarme con
la cabeza y luego se metió a su oficina.
Se ven muy lindos ellos
dos. Ambos bellos, exitosos, rubios, ojos claros, delgados. La típica parejita
Barbie y Kent.
No sé en qué estaba
pensando. El tipo está buscando juguete nuevo o de alguien de quien reírse.
Mejor me olvido de todo esto antes de que sea tarde.
Coincidió que aquel día
teníamos una reunión importante para ver el asunto de los cambios que yo
propuse hace tiempo y que ahora "Kent" vino a llevarse las
felicitaciones por haberlos llevado a cabo.
Se nos informó que para la
nueva área que surgiría a raíz de todo esto sería necesario contratar un nuevo
gerente. Todos nos miramos extrañados.
-Ricardo, creo haber
sugerido que ese cargo debía ser para alguien que ya trabaja en la empresa-
Interrumpió "Kent", bueno Félix. grrrrrr.
-Si querido amigo, lo que
pasa es que no hemos encontrado a la persona capacitada para ello.
-¿Y la han buscado?-
pregunté yo furiosa.
-Señora, perdón, señorita,
le recuerdo que hacemos evaluaciones anualmente para conocer...
-¿Evaluaciones? -
interrumpí - De qué evaluaciones me hablas. Lo único que preguntan es que si
estamos contentos con nuestra labor, que si consideramos que fulanito hace bien
su pega, que si podría hacerla mejor. ¿Encuentras tu que esas preguntas son
relevantes para algo? ¡Por favor! Tu sabes que hace mucho que yo estoy
pidiendo...
-Doris por favor, la
reunión era para informarles acerca de la nueva contratación...
-Ricardo -interrumpió
Félix- creo que Doris tiene algo que decirnos y es de muy mala educación
interrumpir cuando uno ha tomado ya la palabra ¿no crees?
Todos se voltearon a
mirarlo esperando ver la reacción de Ricardo. Éste lo miró ceñudo y continuó...
-Félix, si tienes razón,
disculpa Doris, ¿qué más tienes que decirnos?
-Nada - lo miré extrañada –
sólo que debo insistir con lo de buscar el perfil del nuevo gerente dentro del
personal que ya existe, donde estoy segura debe haber más de alguien que reúna
los requisitos.
Ricardo y los demás se
anduvieron poniendo nerviositos y dieron por terminada la reunión diciendo que
lo volverían a analizar. Luego, llamaron a Félix y a Bruno a un lado donde
siguieron con la discusión.
-¡Estos viejos de mierda!
- dijo Johanna - Aun no se dan cuenta de la excelente profesional que eres
Doris
-Si lo saben, pero no la
valoran por ser mujer - dijo Sofía
-¡Apuesto a que le dan el
puesto a uno de los nuevos!- exclamó Manuela
-Si lo hacen me voy - dije
yo - y me dirigí a buscar mis cosas para irme. Recordé que Manuel pasaría por mí.
Al salir me lo encontré en
la entrada principal con un ramo de flores en la mano. Patético. En los 15 años
de matrimonio nunca me regaló ni una margarita.
Me besó en la boca cuando
lo fui a saludar. Me abrazó y me susurró algo al oído, pasándome a morder
levemente el lóbulo de la oreja. ¡El pesado sabe que eso me vuelve loca!
-¡Qué haces!- le reclamé.
-Perdón. Ha sido la emoción
de volver a verte.
-¿Ya y? ¿Te tienen cortado
parece?- Le dije, mientras íbamos camino a un café cerca de la oficina.
-No te burles. En serio.
No sabes cuánto te extrañaba
-¿Desde cuándo? ¿Desde que
Ana ya no te da más la pasada?
-Desde el mismo momento
que me dejaste
-¡Que te dejé! ¡Por favor!
no seas idiota
-Tú me dejaste Doris. Lo
de Ana no era nada importante, tú lo sabías. Tú dejaste de ser como eras
conmigo.
-Volvemos a lo mismo. Si
Manuel, yo tuve toda la culpa. ¿Para eso querías verme?
-Desde que te vi esa noche
en la disco no he dejado de pensar en ti. ¿Estás saliendo con alguien?
Ahí me espanté.
-¡Y a ti qué te importa! Tú
escogiste. Nosotros ya no tenemos nada que ver hace rato. Aun no entiendo por
qué tu llamada, por qué esta invitación.
-Te vi con un tipo esa vez
bailando y vi como lo mirabas y no pude dejar de sentir unos celos horribles.
Ahí me di cuenta que aun te amo Doris - Me tomó de la mano y volvió a besarme.
-¡Eres muy cara dura! - le
dije luego - Me engañas con mi mejor amiga, me dices que no sirvo como esposa
ni como amante, me mandas a decir con ella que tú la buscaste porque yo ya no
te hacía sentir absolutamente nada, que te daba asco!, y ahora me vienes con
que aun me amas?!
-¡Yo nunca dije eso!
-¡Mira tú! Después de casi
un año me vienes con eso.
-Doris, por favor créeme.
Ana me dijo lo mismo que me acabas de decir. Que tú ya no me amabas, que te era
indiferente. ¡Por favor créeme!
-Manuel. Ha pasado un año
de todo aquello y recién ahora, que crees que estoy saliendo con alguien,
¿quieres hacerme creer que todo fue un malentendido o una ardid de Ana para
separarnos?. Mis heridas ya están casi curadas, no quiero volver a reabrirlas.
Por favor, déjame en paz.
-Lo que digo es real. Tal
vez no lo sepas, pero luego que nos separamos muchas veces quise volver a
buscarte. Ana me vio un día viendo fotos de nosotros dos y me comenzó a gritar
y a maldecir y me dijo…
-Ya basta, no me importa
lo que te haya dicho esa arpía. Yo ya no te amo. Me hiciste mucho daño y
mataste lo que alguna vez sentí por ti.
-Doris, por favor créeme.
Nunca dije eso de ti. Yo te amo.
-Mmmm. Me amas pero te
acuestas con mi mejor amiga. ¡Qué lindo! Me voy, ya es tarde.
-Déjame acompañarte - Me
tomó de la mano.
Lo miré a los ojos. Yo
estaba a punto de ponerme a llorar y él lo notó. ¡Me conoce tan bien!
Sus ojos también estaban
llorosos. Por un momento quise creerle. Me sonrió y recordé que fue eso lo que
me enamoró de él. Su sonrisa de niño, su manera de mirarme. Observé que estaba
muy bien. Su cabello desordenado, esa barba a medio cortar, su boca, su
espalda, sus hombros fuertes, su piel morena.
Debo confesar que no pude
evitar compararlo con Félix. Manuel, tiene ese color de piel que tanto me
apasiona. Félix es demasiado pálido. Tiene lo suyo... Pero... ¡Son tan
diferentes!
Pensé que lo había
superado, pero no fue así. Cuando me besó la primera vez algo se revolvió
dentro de mí. Luego, cuando resopló en mi oído y mordió mi oreja tuve que ser
muy fuerte para no hacerme pis ahí mismo!
Una vez en el portal de mi
casa me volvió a besar y me pidió que lo dejara subir. Yo sabía que si lo hacía
volvería a caer en sus brazos.
Recordé las sabias
palabras de Manuela "una canita al aire no me vendría mal". Sólo para
saber si no me he olvidado de algo. jejejej.
Le permití llegar hasta mi
apartamento. Una vez dentro no hubo mucho que decir. El cerró la puerta tras de
sí y comenzó a besarme y a morderme los labios. Mi pecho subía y bajaba.
Respiraba agitado. Le saqué la camisa y besé su cuerpo, mordí sus tetillas
suavecito, lo oí gemir mientras lo hacía. El desabotonó mi blusa mientras
besaba y lamia mi cuello, yo le quitaba los pantalones y metía mano en sus
boxer para buscar el objeto de placer que él solía darme. Estaba duro, ya no
podía más. Lo tomé de la mano y me lo llevé a la cama. Nos abrazamos y nos
besamos, nos comimos con pasión desenfrenada. Como hacía años no lo hacía. No
me había dado cuenta de las ganas que tenía de... ¿él?
En un momento todo pareció
más claro. No me quise dar cuenta. Lo bloqueé de mi cabeza loca. Cuando
desperté y lo vi ahí tirado supe que aquella noche mi cuerpo fue de Manuel pero
mi mente estaba con Félix. Mientras las manos de él me recorrían y su boca
lamía la mía solo recordé la imagen de aquella mañana. Félix y su
novia. Deseaba que aquel cuerpo fuera el que estuviera abrazado al mío en esos
momentos. Que aquella boca recorriera mi cuerpo ardiente y que me llevara a
alcanzar el cielo con las manos.
Me sentí traicionera, me
sentí fatal.
Me levanté más temprano
que de costumbre, no tuve ganas de desayunar. Le dejé una nota deseándole buena
suerte, pero que esto no volvería a pasar, que se olvidara de mi, que había
sido un error.
Lo de la "canita al
aire" solo me sirvió para sentirme peor de lo que estaba.
Sé que con Félix jamás
sucederá algo, pero prefiero serme fiel a mí y a mis sentimientos que estar
haciendo el amor con alguien pensando que es otra persona.
El Manuelito se merecía que le hubieran dado en el instrumento de placer, pero bueno, Doris se merecía una noche loca, aunque fuera pensando en otro. También le vino bien aclararse. Ya sabe que los palidos como Felix también le gustan, jeje. Niña, como me gusta esto, deseando ya leer más.
ResponderEliminarBesos
Gracias Iris... Mil bezozzz para ti.
ResponderEliminarYo ahora cierro el blog hasta marzo... Me voy de vacaciones y en casa no tengo internet... :(
A cuidarse!!
Me ha encantado como has llevado el relato, tienes mucha madera para escribir...un saludo y disfruta de tus vacaciones y vuelve para deleitarme con la continuación, que seguro la habrá...
ResponderEliminarYa no va a continuar
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