Los días han transcurridos fríos y
tristes.
Manuel sigue buscándome e
insistiendo en que vuelva con él. No entiende que ya la cosa no va más. Que la
magia se acabó.
He estado concentrada en mi
postulación al cargo que se va a crear.
Han estado haciendo pruebas y
entrevistas. Contrataron una empresa outsoursing para tal motivo.
Me ha tocado encontrarme con Félix de
vez en cuando en los pasillos y en una que otra reunión, pero me da la
impresión que no quiere ni saludarme. Me ve y agacha la cabeza o directamente
evita pasar por mi lado.
Su novia no ha vuelto por acá.
Seguramente después del escándalo que provocó la última vez que lo vino a dejar
le han amonestado desde "el olimpo" y él le ha prohibido que venga...
Eso espero.
Estoy triste y quiero escaparme un
rato de mi rutina. Me pone un tanto ansiosa lo de la postulación. La próxima
semana ya nos dirán como nos fue. Si, "nos". Félix también está
postulando y si él asume pasaré a ser su subalterna y eso no me hace mucha
gracia, por lo que he pensado en largarme de aquí si eso llegara a suceder.
La verdad que muchas expectativas no
me hago con ese puesto. Vivo rodeada de machistas de mierda que lo único que
hacen es mirar su propio ombligo y palmotearse la espalda entre ellos felicitándose
por los logros que nosotras obtenemos. Son unos canallas.
-Y ¿por qué no nos rebelamos todas y
nos largamos de aquí? - dijo Johanna a la hora del café.
-Sí, ¡independicémonos! - exclamó
Manuela.
-Es muy arriesgado - dijo Sofía
frunciendo el ceño y bebiéndose el café de un sorbo.
-Yo me voy si o si amigas - dije
- No sé si para independizarme. Lo único que me queda claro es que no me quedo
donde no valoran mi trabajo.
-Me voy contigo Doris - dijo Johanna
-Yo no sé - añadió Sofía - A mi edad
ya se hace difícil encontrar trabajo. Además está eso de acostumbrarse a gente
nueva, que te acepten... No, es mucho para mí.
-Te entiendo, es difícil pero de
repente inventamos algo nuevo y trabajamos todas juntas - dije, soñando un
poco.
Terminando de hablar veo que él se
dirige hacia la máquina del café donde estábamos nosotras. Al parecer no se
percató de que estábamos ahí y sólo se dio cuenta cuando ya no podía
retroceder.
-Hola Félix - le dije coqueta.. (No lo
pude evitar)
-Ho..o..la Doris.
-¿Cómo has estado? Te he visto poco últimamente.
¿Estás bien?
-Doris, nos vemos en el almuerzo - me
dijeron las chicas
-¡Si claro! - Les dije sin mirarlas.
Sólo lo veía a él.
Me sonrió y creo que, no sé, tal vez
lo pude haber imaginado pero me pareció ver que se le subían los colores al
rostro y agachó la mirada.
-Es que he estado muy ocupado, no
tengo tiempo para nada.
-Qué pena por tu novia...- dije
insidiosa dándole la espalda para botar el vaso de café.
Se me quedó mirando fijamente por no sé
cuanto rato porque yo tampoco le quité los ojos de encima.
De la nada apareció Bruno y comenzó a
decirme cosas.
-¡¡Pero qué bella mañana la de hoy!!
-Hola Bruno - dijimos los dos a la vez
sin mirarlo.
-Pero que bueno verte por acá Doris.
Tenemos que conversar de algo muy importante. ¿Puedo pasar por tu oficina
ahora?
-Claro - le dije desganada- Vamos.
-Félix, amigo mío ¿luego paso a verte
si? - dijo Bruno guiñándole un ojo.
Al llegar a mi oficina lo invité a
sentarse. Bruno se acomodó y comenzó la conversación más espantosa que pude
haber imaginado jamás que podría llegar a tener con un hombre.
-¿Así que estás separada me contaron
por ahí? - comenzó preguntando.
-Mira las cosas que andan contando por
ahí ¿no? - le dije molesta.
-No te molestes preciosa, sólo quería
partir conversando de algo.
-¿Y tenía que ser de mi vida privada?
-O sea, privada, privada no es - me dijo sonriendo maliciosamente - ¿No tienes algo para beber?, algo fuerte ponte tu? - continuó diciendo el muy idiota
A esas alturas yo sólo pensaba en
echarlo a patadas de ahí pero, curiosa como soy, quise saber hasta donde quería
llegar este tipo.
-¿Que no sabes que no se puede beber en horas de trabajo? - le dije, mirándolo de reojo y muy ceñuda
-Bueno...ejem, no diré nombres pero se de buena fuente que esa restricción no corre para ti... Es parte de una terapia cierto?. Tengo entendido que los alcohólicos no pueden dejar el trago así de una vez.
Yo continuaba sin poder entender de qué me estaba hablando este hombre. Lo miré desconfiada y porque no
decirlo un tanto ansiosa. ¿Qué se trae éste?
-Te quería invitar a comer esta
noche.... en mi apartamento.- dijo al fin.
-Ya.. ¿Y a qué se debería esta
invitación? - dije extrañada
-Tengo entendido que estás postulando
al puesto nuevo que se va a crear y quisiera conversar contigo las
posibilidades que existen de que ese puesto sea tuyo.
-¿Y cuáles serían esas posibilidades?
Tengo entendido que todos los que estamos postulando vamos en iguales
condiciones y que...
-Tú no irías en iguales condiciones
que el resto - me interrumpió.
-¿Por qué no?
-Porque tu me gustas, eso ya lo debes saber cierto?. Entonces quería que compartiéramos un trago, una rica comida y....
-¡Qué me vas a decir imbécil! - lo
interrumpí y me acerqué furiosa a él. Ya iba entendiendo lo que había estado insinuando con lo de beber algo fuerte.
-Pero Doris, cálmate, sólo quería saber que tan agradecida
estarías si te aseguro que me mantendré calladito en lo que respecta a tu secreto y así logras obtener ese puesto que tanto anhelas.
- ¡Y en qué podrías intervenir tu so tarado si en esta empresa pesas menos que un candy. Además , creo que debes tener claro que continúas aquí sólo porque tu amigo lo permite!... ¡Qué patético eres Bruno!. Jamás lo habría imaginado de ti.
-Doris, no te hagas la santurrona
conmigo. Se que eres una alcohólica y que esa información no puede caer en manos de quienes sabemos cierto? de lo contrario estarías de inmediato de patitas en la calle y no me gustaría ver como se desperdicia tan preciada empleada.
El idiota comenzó a acercarse demasiado y osó poner sus inmundas manos sobre mi caderas.
- ¡O sales de aquí en este mismo
instante o hago que te saquen a patadas. Lárgate! - Le grité luego de darle una cachetada que espero nunca la olvide
Abrí la puerta con furia. Con tanta
rabia que ésta se llegó a golpear contra el muro quebrándose todos los vidrios.
Creo que mis gritos se escucharon
hasta en el lobbie del edificio. Eso me lo contaron después mis amigas que
llegaron a consolarme cuando al fin este individuo se fue.
-Piénsalo - me gritó el muy canalla al
salir - piénsalo...
-¡FUERA!
Obviamente no dije nada a mis amigas
de la propuesta que me estaban haciendo. Sólo lloré y lloré desconsoladamente.
¿De qué mierda hablaba este imbécil? ¿Qué soy qué? ¿Alcohólica?
Si bien en mi peor época anduve un poco "dando jugo", de eso ya pasó una buena cantidad de tiempo... entonces.... ¿De donde obtuvo esa información? ¿Le habrá contado algo a Félix y por eso ahora me rehuye?
Es que una guatá dada a tiempo quita muchos problemas.... jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.